¿Escuela de magisterio? ¿Escuela de maestros?

  Como algunos de vosotros sabéis, actualmente estoy estudiando la carrera de magisterio (lengua extranjera). En un futuro podré ser maestra de inglés, o maestra de lo que yo quiera, pues estudiar una especialidad concreta de magisterio no te limita para nada (este curso, con la nueva ley, ya han desaparecido las especialidades, con lo que mi promoción es la última afortunada de disfrutar de esta especialidad). Pero al fin y al cabo esto da lo mismo: cualquier estudiante de magisterio siempre será ante todo Maestro. Luego ya veremos de qué.

 

  En mi escuela (que no sé si en las del resto de España es igual) intentan concienciarnos de la importancia de la escuela nueva y su metodología. Se trata de actualizarnos un poco a la hora de enseñar, y no hacerlo como nos enseñaron a nosotros o a nuestros padres. Se trata de aplicar conceptos como aprendizaje significativo, feed-back, comprensión, centros de interés… Es decir, NO a las clases magistrales. Pero todo se queda ahí.

 

  La de Didáctica General entra a clase, sube el escalón y llega a la peana, se sienta y te dice: no debes enseñar soltando un discurso y pretender que tus alumnos te sigan. ¿Y tú que estás haciendo? También te habla sobre la importancia de la comprensión y el no memorizar, y luego te deja en repografía un cacho de apuntes que ella más tarde en clase te lee palabra por palabra y tú te dedicas a subrayar. Pero peor es cuando la de Lengua se pasa hora y media dictándote apuntes que luego tendrás que memorizar palabra por palabra para vomitarlo en el examen. Te dicen que tienes que motivar a los alumnos, darles un poco de «vidilla»; pero luego vomitas todo eso que has memorizado y… ¡sorpresa! aunque sean apuntes que ella misma te ha dictado, nunca están bien. Siempre le falta algo… ¿Motivación? ¿Qué es eso? Enséñame la etimología de la palabra «didáctica» según el DRAE y todos los diccionarios que tú quieras, pero sobre todo enséñame a lograr que a un niño aprenda a redactar lo que ha hecho durante sus vacaciones. Enséñame a enseñar. La de Matemáticas dice que un maestro debe saber realizar ciertas operaciones de cabeza. Me dice que no seré buena maestra porque no sé realizar una larga suma de fracciones sin yo escribirme los pasos en mi libreta (primero reducir a común denominador, luego sacar los factores comunes arriba y finalmente simplificar). Quizá me cueste 50 segundos más que a ti. ¿Por eso no voy a ser buena maestra? Enséñame a serlo. Deja de mostrarme tus virtudes matemáticas en la pizarra, mejor dicho, deja de mostrarme tus virtudes matemáticas comentando las diapositivas que pones y enséñame a explicarle la suma a un niño. Dime qué métodos hay y cuál da mejores resultados. Enséñame a hacerle entender un problema con divisiones a un niño. Enséñame a enseñar y no me llames «mala maestra». Me estás formando. Mi futuro como maestra depende en gran medida de lo que me enseñes tú y el resto de tus compañeros.

 

   También intentan educarnos para fomentar la integración de las personas con necesidades educativas especiales. Intentan enseñarnos qué podemos hacer desde con un niño con déficit auditivo hasta un niño afectado por autismo. Y alguna vez hasta incluso lo consiguen -en la teoría, por supuesto-. Pues toda esta base se la carga otra profesora, la de Inglés. Viene un día y pregunta: «¿What’s the meaning of underachieve?» Y ella misma te responde: «Son los niños subnormalitos, los que no llegan al nivel». ¿En Educación Especial me dicen que esos términos no debemos utilizarlos, y vienes tú y me dices que son niños «subnormalitos»? ¿Pero qué clase de incoherencias son estas?

 

  Hace poco me contaba una maestra que le preguntó a su profesor de Historia del mundo en clase: ¿Y cómo explico yo la Revolución Francesa a un niño de12 años? La respuesta fue: «la experiencia te lo dirá».  Y luego nos quejamos de la educación que reciben nuestros hijos en las escuelas. ¡Y con razón!

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